Tras la aventura del día anterior con el rafting, los siguientes dos días nos dedicamos a hacer senderismo por las montañas pirenaicas situadas dentro de la estación de esquí de Baqueira-Beret, la principal estación de esquí del Valle de Arán y una de las más grandes de España, si no es la mayor de por sí. Desgraciadamente, dado que fuimos en pleno verano, no encontramos ningún rastro de la nieve que abunda durante el invierno e incluso gran parte del otoño y la primavera, aunque, a cambio, en la distancia, pudimos observar lo que queda del último glaciar vivo de toda la geografía española: el Glaciar del Aneto, situado en los Pirineos oscenses, cerca del punto más alto de todos los Pirineos, el pico del Aneto con 3404 metros.
Para la primera de las caminatas, cogimos una guagua que nos dejó en una de las bases de la estación, desde las cuales se pueden coger los telesillas de la estación durante la época de nieve, que desafortunadamente, en verano, están fuera de uso. Cerca de la base donde comenzamos la caminata, pudimos ver el nacimiento del río Garona. Empezamos a caminar, ascendiendo una de las muchas montañas que, durante el invierno, la gente emplea para practicar esquí, y nos encontramos con un gran grupo de vacas pastando en las laderas de la montaña, que como nos explicó el guía, son traídas durante los meses de verano por las grandes empresas ganaderas para que pasten en los verdes prados de los Pirineos, al igual, que los caballos de engorde, cuya carne es muy apreciada, aunque todavía no he tenido el placer de probarla. Como ya he dicho, nos dedicamos a ascender una de las grandes laderas de la cordillera, junto al curso de un riachuelo, cuya agua procedía de un embalse, situado cerca de las montañas más altas, donde nos pudimos bañar y comprobar lo fría que puede llegar a estar el agua de un embalse procedente de las altas montañas, vamos, helada. Algunos de los componentes del grupo, nos quedamos en el embalse para descansar un poco y bañarnos varias veces en el embalse mientras que el resto, siguió ascendiendo hasta otro embalse situado a mayor altura. Tras descansar un par de horas en el embalse decidimos descender por donde habíamos subido y coger la guagua para volver al hotel.
Sin embargo, antes de ello hicimos una pequeña parada a un refugio animal en Arties, donde tenían osos pardos que habían sido encontrados hace unos años y que desgraciadamente, al ser cuidados en cautividad, no pueden ser devueltos a la naturaleza dado que no sobrevivirían. Volvimos a la guagua y llegamos al hotel donde algunos decidimos ir a la piscina para posteriormente descansar después de realizar otra actividad grupal, de la cual se encargó mi grupo y decidimos realizar un bingo para animar el ambiente realizando una pequeña porra para los ganadores.
Al día siguiente, tras despertar con ciertas agujetas por la caminata del día anterior, nos esperaba otra caminata por la estación de Baqueira-Beret pero esta vez, por otra parte de la estación, por la zona de la Bonaigua. Nada más llegar a la base de la Bonaigua, nos encontramos unos caballos de engorde, que aprovechamos para sacarnos unas cuantas fotos y posteriormente comenzamos nuestra caminata ascendiendo unas cuantas montañas entre las cuales encontramos 3 pequeñas lagunas situadas a distintas alturas. Hasta ese día, habíamos disfrutado de un gran clima, dado que había estado soleado los 3 días anteriores, sin embargo, ese día mientras estábamos caminando nos tocó una tormenta de verano así que tuvimos que darnos prisa para volver al hotel, donde pudimos descansar y realizar más actividades de grupo, tras lo cual, algunos decidieron probar la marcha aranesa, antes del largo paseo que nos esperaba al día siguiente hasta Andorra.
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